Muchos de vosotros ya me conocéis y para los que no, yo soy Rebeca. Soy maestra de infantil y vengo a contaros un cuento. La tradición manda que todos los cuentos empiecen con el eterno: “érase una vez”, y este no será menos, así que:

Érase una vez una niña que con 3 añitos decidió que quería ser maestra. Los años pasaban y su decisión no variaba, de modo que con mucho esfuerzo y dedicación, lo consiguió.

Después de varios años trabajando como maestra de apoyo, esta jovencita cargada de muchas ilusiones tuvo la enorme suerte de conseguir un destino cerquita de casa y como tutora. Y nada más y nada menos que tutora de niños y niñas de 3 añitos. Pollitos recién salidos del cascarón.

Unas mamás y unos papás decidieron confiar en ella para ayudarles a educar a sus hijos. ¡Qué responsabilidad y que reto tan maravilloso! De modo que, la maestra abrumada, a la vez que encantada con la tarea, se puso manos a la obra.

Valga decir que tengo el privilegio de ser la maestra del cuento y que he recibido el mayor de los regalos: el cariño incondicional de mis pequeños pollitos.

Soy consciente de que esta experiencia se repetirá de manera indefinida a lo largo de mi vida profesional, pero estos niños son mis primeros alumnos como tutora durante todo un curso, y se quedarán en un rincón muy grande dentro de mi corazón.

Desde aquí quiero agradecer a sus papás y mamás la confianza que han depositado en mí.

¡Entre todos haremos un gran trabajo!

lunes, 29 de febrero de 2016

Los cumples de enero y febrero

Poco va quedando de aquellos pollitos chiquitines recién salidos del cascarón que me encontré en septiembre... ¡Estos pollitos están creciendo! Y cada vez son más los que ya han cumplido los 4 años.

En enero le tocó a Romayssae y en febrero a Jesús. Y para celebrarlo por todo lo alto, las mamis trajeron una tarta (¡de la patrulla canina!) y tuvimos un almuerzo de lo más especial:











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