Muchos de vosotros ya me conocéis y para los que no, yo soy Rebeca. Soy maestra de infantil y vengo a contaros un cuento. La tradición manda que todos los cuentos empiecen con el eterno: “érase una vez”, y este no será menos, así que:
Érase una vez una niña que con 3 añitos decidió que quería ser maestra. Los años pasaban y su decisión no variaba, de modo que con mucho esfuerzo y dedicación, lo consiguió.
Después de varios años trabajando como maestra de apoyo, esta jovencita cargada de muchas ilusiones tuvo la enorme suerte de conseguir un destino cerquita de casa y como tutora. Y nada más y nada menos que tutora de niños y niñas de 3 añitos. Pollitos recién salidos del cascarón.
Unas mamás y unos papás decidieron confiar en ella para ayudarles a educar a sus hijos. ¡Qué responsabilidad y que reto tan maravilloso! De modo que, la maestra abrumada, a la vez que encantada con la tarea, se puso manos a la obra.
Valga decir que tengo el privilegio de ser la maestra del cuento y que he recibido el mayor de los regalos: el cariño incondicional de mis pequeños pollitos.
Soy consciente de que esta experiencia se repetirá de manera indefinida a lo largo de mi vida profesional, pero estos niños son mis primeros alumnos como tutora durante todo un curso, y se quedarán en un rincón muy grande dentro de mi corazón.
Desde aquí quiero agradecer a sus papás y mamás la confianza que han depositado en mí.
¡Entre todos haremos un gran trabajo!
Pero que guapos seño!!!!
ResponderEliminarOlé por este cole y olé por vosotras que les enseñáis cada día... no sólo contenidos sino también a ser grandes personitas el día de mañana.
Enhorabuena por el blog!!! Un besito